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Vista del estanque de las tortugas desde las escaleras mecánicas de la antigua Estación de Atocha |
Si algún día pasas
por el centro de Madrid, no olvides acercarte a la Plaza del Emperador Carlos V,
ya que aquí se encuentra uno de los exponentes arquitectónicos y ferroviarios
más representativos de nuestro país: “La antigua Estación de Atocha”. Solo la
grandiosidad de este edificio contrasta de manera más que sobrecogedora con el
interior de la misma, que acoge desde el año 1992, uno de los jardines botánicos
tropicales más grandes de Madrid. Sí, efectivamente, en su interior podemos
hallar uno de los jardines con más especies de distintos lugares del orbe por
metro cuadrado, 4.000 m2 exactamente. Unas dimensiones que, para la
cantidad de vegetación presente, se hace casi imposible imaginar y mucho menos
que se resguarden dentro de un edificio histórico como es el antiguo apeadero
de la Estación de Atocha.
Al entrar y
descender por varias de las escaleras mecánicas que hacen dirigirnos
automáticamente a los andenes del tren de alta velocidad (AVE/Avant), logramos
apreciar como la vegetación ha conseguido invadir un recinto, que aunque
limitado por vayas y otras berreras, logra captar la atención de todo viajero o
turista obsesionado con su cámara fotográfica. Se desarrollan aquí un total de
7.200 plantas originarias de países tan diversos y alejados como la India,
Australia, América, Asia o China, lugares que disponen de una vegetación
distinta a la nuestra y que por su climatología, necesitan de condiciones
especiales en su cuidado y conservación que procure su prosperidad y una salud
adecuada. De esta manera, y debido a las plantas tanto tropicales como
subtropicales aquí presentes, se establece una temperatura que ronda los 22 o
24 grados, aportando una luminosidad prácticamente natural, gracias en gran
medida, a los numerosos ventanales y vidrieras presentes en la estación y otras
luces artificiales que simulan la radiación del sol.
Algunas de las
plantas que podemos encontrar en este bello lugar, son las que tienen alguna
relación con el aprovechamiento que el ser humano ha hecho de las mismas a lo largo
de la historia. De esta manera, aparecen algunas como el árbol del pan, de la caoba,
cocoteros, palmeras, plataneras, patas de elefante y otras de menor tamaño y
que quizá podrían pasar un poco más desapercibidas como por ejemplo, costillas
de Adán, plantas del café, del cacao, aves del paraíso, etc. No obstante, si
hay una que destaca más sobre las demás por recibir a todo visitante que llega
a la Estación, es el árbol del viajero, que situado justo encima del estanque
que en un pasado sirvió para albergar plantas acuáticas, simboliza hoy la
variedad y exotismo, en todos los sentidos, presentes en Atocha, a la vez que
la diversidad y riqueza de la naturaleza, un claro ejemplo de lo que la
naturaleza es capaz de prosperar en una ciudad llena de asfalto y donde la
hierba apenas crece.
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Profundidad del Jardín Tropical de Atocha, con plantas típicas de esas latitudes |
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Primera línea del Jardín Tropical abarrotado de viajeros |
Sin embargo, y tristemente, si por algo se conoce a este jardín, quien lo conoce, claro, es por las tortugas que desde hace unos años sirven de divertimento a las personas que esperan su transporte o la llegada de algún familiar o ser querido. Sorprende ver la cantidad de “quelonios” presentes en el estanque que se sitúa en la cabecera del jardín, una cantidad de animales que se hacinan unos sobre otros en busca de la comida o algún resto de alimento que los viajeros arrojan. Digo tristemente, porque este no es un espacio habilitado y óptimo para depositar a estos animales, ya que además de existir una más que clara superpoblación de las mismas, la higiene del agua y la circulación en la misma, parece no estar presente, lo que convierte a aquel sitio, en un lugar hostil para los animales. De todas formas, y aunque parezca que no pasa nada, Adif, prohibió terminantemente depositar y/o abandonar cualquier animal en este recinto, ya que este no está preparado para albergar fauna, sino solamente la flora autóctona de otros países. Así, y pese a las malas condiciones que parecen sufrir los animales, lo cierto es que la admiración de la gente que por allí pasa, es más que destacable, siendo el centro de atención en todo momento, reuniendo a las llegadas y turistas de otras ciudades y sirviendo como primer modelo que fotografiar en una ciudad tan curiosa que es capaz de guardar un jardín con estanque en una estación de tren.
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Niños tirando comida a los animales y encantados con ellos |
Bibliografía y anexos:
El País. Madrid.
Polémica en Madrid. (2015). El calvario de las tortugas del jardín tropical de
Atocha. 2015, de El País
Esmadrid.com. Web
oficial de turismo. Parques y jardines. (2016). Jardín tropical Estación de
Atocha. 2016, de Esmadrid.es
Web: http://www.esmadrid.com/informacion-turistica/jardin-tropical-estacion-de-atocha
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