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Vista principal de los Jardines interiores del Museo Sorolla |
A tan solo dos pasos
de cebra de nuestra anterior visita, nos encontramos frente al Museo Nacional
Centro de Arte, Reina Sofía, un ejemplar edificio histórico, que pese a sus
dimensiones y dificultades arquitectónicas y estructuras más modernas actuales,
ha sabido adaptarse en el tiempo y remodelarse para dar cabida a toda una
pinacoteca y una institución cultural a la que acceden cada día cientos de
turistas, y más todavía, madrileños, en una excursión que promete empaparnos de
las distintas corrientes artísticas y lienzos de personajes ilustres y
reconocibles que han aportado su granito de arena al desarrollo cultural
español.
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Una de las dos fuentes situadas de forma simétrica y en cuyas inscripciones figura el nombre del rey Carlos III |
Siendo originalmente
el Hospital General de San Carlos, a finales de la pasada década de los
ochenta, se decidió su reconversión total, a la par que añadir otro suplemento
con nuevos edificios, para convertirse en uno de los mayores museos de arte
contemporáneo de España. Cuando el edificio cumplía la función de Hospital, se situaban
aquí siete patios diferenciados donde se fundían distintas ramas artísticas y arquitectónicas
como el barroco italiano y la tradición escurialense. Sin embargo, y como
decíamos, con el paso del tiempo, y las remodelaciones sufridas en su interior
y anexos, hoy solo conserva un patio central, pero en el que todavía podemos
encontrar algunas esculturas y restos de la arquitectura predominante en los
tiempos de Carlos III.
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"Aprendiendo de la vida". Ciudadana de origen extranjero aleccionando a un niño |
Cuando el visitante
se adentra en el museo, lo primero que observará son los largos corredores o
pasillos que igualmente discurren a lo largo y alrededor de las plantas de todo
el edificio. En estos, observamos cientos de ventanas y cristaleras que dejan
ver de forma más que armoniosa, todo un conjunto ajardinado que promete hacer
las delicias de aquellas personas que busquen un reducto de paz y sosiego justo
en mitad del ajetreo, que de igual forma conlleva estar en uno de los sitios
más bulliciosos de Madrid. Si por algo destaca este jardín, es sin lugar a
dudas por esa paz que como decimos parece despertar a todo el que se atreve a
pasar al mismo. Sí, como lo oyes, digo “se atreve a pasar”, porque además de
estar poco señalizada la entrada a los jardines, poca gente se atreve a abrir
una puerta que por lo general está siempre cerrada (por la corriente) y que
suele ser vigilada por distinto personal de seguridad, que sentado en sus mesas,
hacen la labor correspondiente.
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Vista del jardín desde uno de los pasillos del Museo en la planta principal |
Sin embargo, cuando
te atreves, te das cuenta que no pasa nada, y pasas, descubres un lugar, que en
comparación con el edificio de arte contemporáneo, donde apenas hay personas, y
que organizado de tal manera a partir de sendas y distintos bancos, nos induce
al descanso y a relajarnos con el ruido del agua cayendo de unas fuentes neoclásicas
(originarias y permanentes desde la construcción del edificio) en cuyas
inscripciones figura el nombre del Rey Carlos III y su año de finalización.
Además, y como no podía ser de otra manera al tratarse de un museo, aparecen
aquí distintas figuras y esculturas, que como las de Alexander Calder, Joan Miró
o Eduardo Chillida, nos permite seguir conociendo nuevas obras de arte, esta
vez, al aire libre.
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Turista leyendo la inscripción de una de las esculturas de Joan Miró en el jardín. (Pájaro Lunar) |
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Empezando a llover, esta señora observa con detenimiento la escultura: "Veleta", que gira con los distintos vientos |
Esculturas como “Pájaro
Lunar” de Joan Miró o la Veleta que se sitúa justo en la mitad del patio, son
las dos únicas esculturas que en este sitio podremos encontrar, algo que sin
duda alguna contrasta abultadamente con la riqueza y variedad que se halla en
el interior de las instalaciones del citado Museo. No obstante, en el entorno de
los jardines se respira una cierta esencia cultural y de aprendizaje, lo que te
hace sentir en un lugar diferente y que verdaderamente vale la pena ser
conocido. Es el conjunto de museo y jardín, lo que le confiere a sitios como
estos, una de las posiciones como centro cultural preferido por los madrileños,
un complemento ideal sobre todo para las tardes más calurosas de verano en
Madrid, permitiéndonos tener un espacio donde refrescarnos a través de las
plantas y el agua que aquí abundan, todo ello, acompañado de un ambiente intelectual
y cultural más variado que nunca.
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Marido fotografía a su mujer nada más acceder a los Jardines del Museo |
Bibliografía y anexos:
Revista de Arte.
Logopress. (2015). Jardines y terrazas del Museo Reina Sofía. 2015, de Revista
de Arte
Esmadrid.com. Web
oficial de turismo. Parques y jardines. (2016). Jardines del Museo Reina Sofía.
2016, de Esmadrid.com
Anexo I. Museo Reina
Sofía. Plano web español. (2016). Plano de todas las plantas del Museo Nacional
Centro de Arte Reina Sofía. 2016, de Museo Reina Sofía
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